< Menú
> Siguiente: Aki Kaurismäki. Editorial Cátedra, 2012
Revista de Occidente, nº 369 Febrero de 2012.
Cuenta Le Havre la historia de un limpiabotas, Marcel Marx, bohemio “rehabilitado”, cuyo utillaje, de otoñal colorido, está perfectamente conjuntado con su chaqueta de ante y con el delantal de su paciente y dulce compañera, la devota y servicial Arletty, siempre “al servicio del guerrero”, cocinando y planchando. Un entrañable vecindario, compuesto esencialmente de pequeños propietarios, trabajadores, humildes, honestos y solidarios, se despliega a modo coral.
En paralelo, otra línea de acción se desarrolla y pronto converge con la primera: en un container del puerto (presencia casi ineludible en las películas de Kaurismäki, punto de fuga y apertura simbólica a un incesante renovarse del relato, en forma de partida y recomenzar) la policía encuentra a varios inmigrantes ilegales. Uno de ellos, el joven Idrissa (Blondin Miguel), consigue escapar, alentado por su abuelo, y pronto el azar le guiará con mano firme a la vera de Marcel, convertido en su ángel de la guarda, poniendo toda su picaresca al servicio del reencuentro del joven subsahariano con su madre, inmigrante ilegal en el Whitechapel londinense y empleada en una lavandería china. Marcel recaudará, con la ayuda de sus amigos y Little Bob, viejo rockero, chupa roja mediante, el dinero para pagarle el “peaje” a Londres, encargándose su ayudante vietnamita de llevar a Idrissa al puerto, oculto en un carrito de verduras propiedad de uno de los comerciantes del barrio.