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El bandido y Robert Walser

Revista de Occidente - Junio 2004 - Nº 277.
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walser

Robert Walser, morador del Territorio del Lápiz y celebrante de la Pequeña Forma. Escritor de escritura inaparente, insigne e inquebrantable galanteador de lo banal. Uno de sus libros lleva por título El Bandido, y es, sin duda, una obra desgarrada, y entiéndase este “desgarro” no en un sentido existencial sino literalmente. Es una obra de tejido desgarrado y a través de esas roturas, a buen seguro provocadas por la insistente presión del lápiz, entrevemos lo histórico, la “vida”, hasta entonces, sistemática y minuciosamente arrinconada en su obra. Amanecen acontecimientos históricos precisos donde antes el manto mítico convertía al burgués en fábula; el referente irrumpe en ocasiones en forma de nombre propio –“Dante”, “Rilke”, “Goethe”-.

Cristales de historia dispersos a lo largo del camino reciben, de vez en cuando, un puntapié no intencional de este paseante sin atributos, un bandido fascinado por los slogans publicitarios. Y no contento con todo esto, Walser, el defensor a ultranza de la separación entre la “Escuela” (otros dirían el Arte) y la “Vida” confiesa: “Rathenau y el bandido se conocían personalmente”. Extraño libro, crepuscular, que respira el hálito de una victoria reñida, de esas que anuncian derrota. Él, que no creía en la tercera dimensión, murió sobre la nieve.