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Haschisch

Revista de Occidente -Octubre 2006- Nº 305.
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benjamin

La obra de Walter Benjamin es envolvente, sin duda. Hablo como víctima. Le dediqué una tesis doctoral, años de flânerie en París y alguna promenade por Unter den Linden. Ahora que he concluido –quizá a modo de consuelo, pero no solo- que su escritura está definitivamente condenada a la errancia y, entendida como apropiación, como desvelamiento de las “claves”, la exégesis se torna baldía, he decidido acercarme a sus no-libros de cuando en vez, para releer algún que otro párrafo y “partir”, como diría Barthes, hacia alguna breve “tentativa”. Como esta, sobre una de sus colecciones de aforismos de bolsillo: “Haschisch”, escritura psicoactiva o el libro alucinado restallando en mil fragmentos. En absoluto, no se me malinterprete, insinúo que su obra sea inconmensurable, no susceptible de sistematización. Ha sido sistematizada numerosas veces, con mayor o menor fortuna, como ha ocurrido con otros corpus. Sólo digo que, en lo que a mi respecta, en lo que a los escritos de Benjamin toca, he renunciado a las épicas cimas de la Totalidad en beneficio de las agradables y cotidianas llanuras del Texto.